El sector del aceite de oliva ha enfrentado dos años consecutivos de cosechas escasas, lo que ha suscitado preocupación entre muchos agricultores respecto al futuro del olivar. Sin embargo, en esta entrada de blog, queremos ofrecer información para abordar la situación con optimismo. A pesar de las bajas producciones, hay varias noticias que nos dan esperanza.
¿El mejor año para el olivar?
Los precios seguirán altos
Hemos observado cómo, a lo largo de estos dos años, los precios han ido aumentando hasta rondar los 9 euros por kg. Este incremento se ha atribuido en parte al aumento de los costos en el olivar, como el combustible y los fertilizantes, así como a las malas cosechas que han provocado escasez de aceite. A pesar de este aumento de los precios, la demanda no ha disminuido proporcionalmente.
En el próximo año, es probable que los precios sigan siendo altos debido a las pocas reservas disponibles. Actualmente, las almazaras, hasta el 1 de enero de 2024, poseen 547.310 toneladas métricas de aceite de oliva, con salidas en enero de 108.221 toneladas métricas. Esto indica que, a este ritmo, apenas quedan 5 meses de aceite en las almazaras. Por lo tanto, si el consumo no disminuye abruptamente, es probable que los precios se mantengan altos, incluso si se esperan buenas cosechas en la siguiente campaña.
Este panorama, lejos de ser negativo para el agricultor, puede ser bastante positivo, ya que una buena cosecha con precios más elevados de lo habitual puede reportar beneficios notables.
Las olivas llevan dos años sin producir todo lo que pueden
El olivo es una planta vecera, lo que significa que, aunque actualmente sea cada vez más fácil producir una cosecha media alta gracias a los avances modernos, un año produce mucho y al siguiente produce menos, y viceversa.
Si analizamos las campañas pasadas, podemos observar cómo la cosecha se ha reducido considerablemente en estas dos últimas campañas. Teniendo en la campaña 2022/2023 una producción de 663 mil toneladas de aceite y esperando para la campaña de 2023/2024 algo más de 800 mil toneladas. Sin embargo, debido a este ciclo natural de producción del olivo, se puede esperar que este año las olivas estén preparadas para una cosecha muy abundante.
Las precipitaciones están recuperándose
Una de las principales causas de estas cosechas escasas son las pobres lluvias de los últimos años, principalmente en momentos clave, como puede ser principios de otoño y en la primavera. Esto hace que el olivo busque sobrevivir en vez de producir frutos.
Una noticia alentadora es que, dentro de estas sequías que hemos experimentado en estos años, hemos visto un aumento en las precipitaciones en los últimos meses. Desde mayo de 2023, las lluvias están recuperándose, lo que podría beneficiar la producción de aceituna.
El abono, un imprescindible de este año
Por todas las anteriores razones, posiblemente este año sea uno de los mejores para fertilizar al olivo, ya que podría hacer aumentar el beneficio y rentabilizar la inversión varias veces.
No todo es positivo
A pesar de las noticias anteriores, no todo es positivo. Aunque las últimas lluvias han sido alentadoras, aun la mayor parte de la zona olivarera no se han recuperado por completo de las sequías y los embalses de Andalucía están a la mitad de lo que suele ser habitual en estas fechas.
Además, las temperaturas extremas en abril del año pasado causaron la pérdida de gran parte de la floración, por lo que, si estos eventos se repiten, podrían afectar negativamente a las futuras cosechas.